La extranjera no sabe
que su sangre es su casa, que
todo pájaro suyo
sólo ahí puede cantar y abrir
alas de su verano y se abalanza,
alcanza, lanza, alza
como una sed de mundo
que no se puede apagar.
El pájaro encendido cuida
los huecos de la pérdida como
joyas perdidas sin remedio.
Canta allí, loco de luz, no renuncia
a mis monstruos, valiente.
La hora de los dioses
junta los pies
de ese camino.
Dicen que para comprender la poesía de Juan Gelman tienes que ser una persona madura. La primera vez que te acercas a él puede resultarte áspero o violento. Has tenido tu primer acercamiento, ahora elije si quedarte un poco más con él.
1 comentario:
No sabes como me gusta este poema, pareciera describir una añoranza,y es como algo que desde el fondo del corazón brota para después transformarse en reflexión,en melancolia..... no sé, a mi me proboca una serie de sentimientos encontrados, que, no puedo describir.
Sigue colgando poemas asi de profundos, me gustan mucho.
Un abrazo.
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